Ángela Sobrino
madre de Primaria
Desde luego, la palabra “saludable” siempre llama nuestra atención. Ahora bien, ¿qué significa saludable hoy en día? Porque lo que está claro es que los conceptos, si no todos, muchos cambian acorde con el momento histórico, cultural, económico, etc. Generalmente cuando escuchamos o leemos esta palabra damos por hecho que son buenos.
El dicho de “somos lo que comemos” al que yo le añadiría “y lo que sentimos”, en mi opinión tiene mucho valor. Sobre todo en los últimos años le concedo mucha importancia a la comida, a lo que ingerimos. Es un tema que a mí, particularmente, me interesa, que me preocupa y me ocupa. Lo malo y lo bueno, a la vez, es que hay tanta información que no resulta fácil filtrarla y quedarse con lo realmente bueno porque siempre o, casi siempre, hay intereses económicos que están por encima de “la verdad”. Se disfrazan los componentes nocivos, se camuflan entre “integral” “bio” “natural”, cuando en realidad, después de hacer estudios y comprobar lo que se anuncia, no suele ser cierto, es puro sensacionalismo. La OCU, en su revista sobre “salud” lleva muchísimo tiempo denunciando y destapando tanta publicidad engañosa. Es difícil escapar porque la alternativa accesible, cómoda, fácil es ir al supermercado más cercano y a la frutería de la zona, donde no es posible comprar cosas “saludables” ya que el sistema de producción, envasado y distribución de los alimentos no lo permite. No se puede tener un tomate (por poner un ejemplo) de aspecto perfecto, que se mantenga duro por un precio asequible y sano. ¿Por qué? Simplificando, porque para que un tomate se críe y desarrolle de manera natural necesita meses de trabajo, de cuidados, calor directamente del sol no de estufas, etc.. No se les debería suministrar fungicidas, pesticidas, ni otros productos tóxicos sistemáticamente. Si tenéis tiempo, buscad un vídeo en “youtube” que se llama “dos tomates y dos destinos” con mucho sentido del humor los plasma muy bien.
Los zumos
Por poner un ejemplo, los zumos envasados, según la información nutricional contienen un alto tanto % de zumo natural, recién exprimidos, sin conservantes ni colorantes añadidos??? Sencillamente, no me lo creo!!! Es una golosina, que como todo, de vez en cuando no creo que sea muy perjudicial, pero eso nunca será el equivalente a la fruta. Es verdad que al tener poco tiempo, ir directamente desde el trabajo a recoger a nuestros hijos, y que, aceptémoslo, la mayoría de los niños se toman más a gusto un zumo envasado que una pieza de fruta o un batido/zumo natural. Resulta más fácil, cómodo, incluso, más barato comprar zumos del super que comprar y tener fruta a punto todos los días.
Comidas caseras
El concepto ha cambiado mucho. Nuestras madres vivían por y para cuidar de la familia, empleaban prácticamente todo su tiempo en esas labores. Ahora, el que más y el que menos queremos que nuestros hijos tengan otras actividades complementarias a las del colegio. Las distancias son cada vez mas largas y nos lleva mucho tiempo el desplazamiento. Además, los progenitores queremos tener tiempo y energía para poder relacionarnos y cultivar nuestras aficciones, exigimos nuestro tiempo libre. ¿De dónde se puede sacar? Pues una forma muy común es reduciendo el tiempo que dedicamos a las tareas domésticas, entre ellas, cocinar. Compramos cosas enlatadas, envasadas, ya cortadas y, a veces, precocinadas. Si nos detenemos a leer los componentes veremos que tiene montones de conservantes y sustancias que no son lo ideal para el organismo.
El pan
El pan, ese alimento que está presente en todas las comidas de la mayoría de casas en nuestro país. Los hay de todos los tipos, de muchos cereales, con frutos secos, con semillas, de múltiples formas, de muchos colores, es un espectáculo, una tentación y a veces, una difícil decisión, hay tantos que no sabemos cuál llevar a casa, pero ¿qué sabemos del proceso y de los componentes? En general, poco. Este tampoco es el medio ideal para explicar la elaboración del pan, quizá en algún otro momento, pero al menos, para tener una idea aproximada de lo que comemos me gustaría facilitar una breve información. Un principio básico y esencial para la elaboración de panes y masas (bizcochos, galletas, etc.) es la fermentación, para ello, deben pasar varias horas. Antiguamente los panaderos amasaban el pan y la bollería por la tarde y la dejaban fermentar hasta la madrugada del siguiente día. Esto facilita la liberación de unas sustancias y gases que son perjudiciales para nuestro organismo. Ahora, todo este proceso, salvo raras excepciones, se hace en cadena, se mezcla la masa, se moldea y se congela o se hornea a continuación. No quiero con esto quitarle a nadie las ganas de comer pan, pero aunque no siempre es agradable “saber”, creo que es nuestro derecho y obligación.
Hay que adaptarse a los tiempos, es muy difícil ir contra el sistema, pero hay muchas iniciativas y propuestas que gracias a los que las crean y a aquellos que las secundan nos dan la oportunidad de ser consumidores mas conscientes y responsables.
Hay que adaptarse a los tiempos, es muy difícil ir contra el sistema, pero hay muchas iniciativas y propuestas que gracias a los que las crean y a aquellos que las secundan nos dan la oportunidad de ser consumidores mas conscientes y responsables.
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