viernes, 28 de marzo de 2014

Conversaciones con Mar: Educación, Creatividad y Arte

Una entrevista de 

Karina Fernández D’Andrea
Equipo de redacción de 21 Siglos

Había quedado con Mar, la profe de artes plásticas en “Mar de color”, un oasis para el arte en medio de la ciudad. Llegaba tarde y acudía presurosa a la cita. Me abrió la puerta de su espacio, su propio espacio. Una gran sonrisa iluminando su cara, como era habitual.

Adivinaba en la organización del espacio de donde provenía su felicidad. Botes de pinceles y pinturas alineados en sencillas estanterías de tosca madera, amplios espacios, arte por doquier, niños riendo y correteando a su alrededor…, todos la llaman, todos quieren que les preste atención…




Mar derrocha dulzura y simpatía, no diferencia entre unos niños y otros, al más revoltoso lo trata con tal ternura que abre todos los corazones…

Tiene grandes mesas de trabajo, que invitan a la relación social entre los niños y luego los adultos que acuden a sus clases.

Nos reunimos alrededor de un té… ¿cuál quieres? a mí el que más me gusta es este, de chocolate y menta…, acepté por supuesto… Dulce pero no ñoño, agradable y fuerte como es ella misma… (pensé al tomar el té)…
21S: ¿Hace mucho que conoces el colegio?
M: ¡Uy!… mis hijas cursaron en el Siglo XXI todos los años… hace como 20 años que participo del colegio… como madre y también en algún momento fui profe… me llamaron para hacer una suplencia…
21S: ¿Has notado diferencia con el transcurso de los años y todas las generaciones que has visto de niños?
M: Bueno si. Ahí descubrí algunas dificultades que tienen los niños del Siglo…
21S: ¿Sí? cuéntame… me interesa…
M: Bueno, no todos por supuesto, pero es frecuente que se vea un exceso de atención en los padres…
21S: ¿En qué lo notas? ¿Cuánto hace que fuiste profe del Siglo?
M: Cuatro años. Un exceso de mimo… (¿o falta de límites?) un pequeño ejemplo, si tú permites que tu hijo llegue a casa y tire el abrigo en el suelo, cuando llega aquí hará lo mismo… y no es consciente de los límites que tiene que tener…
(-Glups, ¿lo dirá por mí? mi hija se la pasa tirando el abrigo en el suelo en el cole, en patinaje… y hasta en su habitación… sin que mis voces le hagan la menor mella…)
M: Falta de límites, hacer todo por ellos, darles todo lo que quieren en el momento en que lo piden… convierte a los niños en híper –exigentes, impacientes, no pueden esperar… claro como padres es más fácil hacer las cosas por ellos… si dejan la ropa en el bidé cuando se van a duchar y vamos detrás y se las recogemos, nunca se acostumbrarán a recoger lo suyo, nos ahorramos discusiones y berrinches, pero ellos no maduran… no se hacen independientes…
Descubrí que hay padres muy permisivos o muy exigentes… ambas cosas son negativas para los niños… hay que buscar el punto medio… ni una cosa ni otra… hay padres también excesivamente rígidos, donde la exigencia es el tipo de relación que tienen con sus hijos mayoritariamente… eso tampoco es bueno…
Y luego… yo he ido viendo como han ido cambiando los niños del Siglo… Antes los niños venían más libres, más creativos… ahora vienen con miedo… vienen contenidos…
La conversación derivó hacia otros temas pero aquellas palabras quedaron retumbando en mis oídos… casi al final de nuestra charla, las retomé y volví a preguntarle:
21S: Me interesa eso que me has dicho, “contenidos” ¿qué quiere decir contenidos? ¿a qué te refieres?
M: Me refiero a que vienen con miedo, o con presión, creen que no lo hacen bien, o tienen miedo de no hacerlo bien, les cuesta sacar, te piden ayuda…. Yo lo que quiero, es motivarles a atreverse, que no tengan miedo a hacerlo mal, a mancharse…
En este cambio tienen que ver los maestros pero también los padres… a veces tengo la impresión de que presionamos demasiado a nuestros hijos porque queremos hijos perfectos… no queremos que se equivoquen, no queremos que lo hagan mal… y sólo se aprende cuando uno se atreve, cuando no hay presión ni mirada por encima del hombro que esté evaluando lo que haces…
Presionamos a los niños y a partir de una edad es muy difícil echar marcha atrás, 4º y 5º como les cuesta, va perdiendo esa parte de creatividad, te dicen “no sé” y es porque no se atreven, porque tienen miedo a equivocarse o hacerlo mal… Hay que darle más importancia a la creatividad… a incentivarles a descubrir su propia creatividad, también en casa, a que se equivoquen y no pase nada…, motivarles y animarles a que ellos avancen… acompañarles cuando quieren trabajar con la plástica, sentarse con ellos, hacer de ese espacio ese momento de encuentro y afecto, entre niños y padres… 
Yo tuve que definirme y aposté porque ésta fuese una escuela de creatividad. No tanto de dibujo. Yo no quiero tanto enseñar a dibujar, sino enseñar a no tener miedo, a imaginar, a meter las manos en pintura sin miedo a mancharse, a la espontaneidad. 
Se está perdiendo la creatividad porque hay demasiada información… en general lo que quieren los padres es que aprendan mucho… es mejor ofrecerle un abanico de posibilidades y que ellos elijan, que sean creativos…
Y en el Siglo, tendría que darse más importancia a mi entender a las artes, no sólo a la pintura, al barro, a la cerámica, sino también a la música, a la poesía… formas de expresión y creatividad que estimulan la inteligencia y el cerebro de los niños en múltiples aspectos…
Yo sigo intentando que la plástica tenga su importancia en el Siglo XXI, pero cada vez es más difícil…Pero lo cierto es que disfruto muchísimo con los niños y me lo paso súper bien.

No hay tiempo apenas, tiene que irse al colegio a buscar a los pequeñitos.

Me despedí de aquella mujer, pensando en la gran sabiduría que tiene, en como derrocha amor y felicidad en un tiempo en que son joyas raras y preciosas difíciles de encontrar. Con ganas de continuar la charla, y ver a mi hija con los ojos iluminados por la ilusión el día que le toca ir a Mar de Color.

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