miércoles, 2 de abril de 2014

Intercambio de Juguetes

Eva
madre de Infantil

Nace esta iniciativa a partir de la charla de dos padres de camino a casa.
— Este fin de semana participamos en un intercambio de juguetes en La Casa Encendida,

— Oye, estoy pensando… podría organizarse algo parecido en el cole, ¿qué opinas?, ¿escribimos un correo a las familias de infantil para saber que les parece?.
Dicho y hecho, estaban próximas las navidades y parecía el mejor momento para ello; pero había que contar con la opinión de las profesoras, que con buen criterio, y a la vista de las fechas en las que nos encontrábamos, a punto de finalizar las clases, decidieron posponerlo y estudiar la mejor forma que se podría llevar a cabo, el objetivo, era enseñar a los niños la idea del reciclado de juguetes y del consumo razonable.


Las profesoras nos indicaron unas pautas a seguir para llevarlo a cabo, puesto que iban a tener que desprenderse de un juguete con especial significado para él o ella y se lo iban a regalar a un niño o niña de su clase. Tendrían que elegir un juguete con el asesoramiento de los padres y madres, juguete que debería ser adecuado a su edad, no bélico, no sexista y que estuviera en buen estado. Tendrían que entender y aprender el concepto de dar una cosa y que pasa a ser de un compañero o compañera, para lo que requirieron la colaboración de las familias, aunque este aspecto de dar y recibir también se iba a trabajar en el corro, en definitiva, había que intentar que vivieran esta experiencia de manera positiva. En esto cometí uno de mis errores de madre primeriza, y que espero enmendar si se repite esta experiencia, mi asesoramiento se limitó a:

—Lucas, hay que elegir un juguete para llevar a clase, y regalárselo a un amiguito o amiguita, tenemos que escoger uno que les guste. 
—¡mamá el camión!
—cariño, no sería mejor llevar este puzzle…
En ese momento sólo pensé que si tendría que regalar el camión-hormigonera a una compañera, se lo iba a tirar a la cabeza, que equivocada estaba, escuchando a otros padres me di cuenta de ello, habían descubierto que sus hijas estaban encantadas jugando con el barco pirata lleno de playmobil o que ellos no paraban de jugar con un horno microondas, y cacharritos varios.

En clase, cuentan las profesoras que les pareció una propuesta interesante pero no adecuada a la edad, no entendieron bien el objetivo del intercambio, ya que la mayoría no están preparados para enfrentarse a dar un juguete que es suyo y que va a pasar a ser de otro. La actividad la realizaron de la siguiente manera, cada niño o niña presentaba su juguete y lo colocaba en el centro del corro, al azar se sacaban dos nombres para que los intercambiaran, lo hicieron de manera afectiva y sin ningún conflicto, en conclusión, con la colaboración de las familias y trabajándolo en el corro, la experiencia tuvo un resultado positivo. 

Creo que un buen hábito saludable puede ser la autocrítica y la intención de subsanar los errores cometidos. Y sobre todo, debemos dejar hacer a los más pequeñines de casa, pues en ocasiones son capaces de sorprendernos con su comportamiento.

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