sábado, 3 de mayo de 2014

Comunicar, hábito saludable: El universo se expande

Guillermo Montesinos
Equipo de redacción

"Parece mentira, pero qué mal nos comunicamos aquí". Comenta una madre a la salida de una reunión de una comisión del colegio. Después de dos horas no se había podido aclarar nada. Y es paradójico porque en pocos colegios los padres tienen tanta capacidad de opinar, manifestar, criticar, participar e implicarse. "Demasiada" afirma con sorna un padre.

Y es que la comunicación parece no funcionar en muchas ocasiones. Los mensajes en forma de rumores, la información incompleta que llega antes que la comunicación hace que ésta, a veces, sea un ruido tedioso que no aclara nada. Y es que la información que manejamos queda entre corrillos, entre los afines, entre padres que coinciden porque sus hijos comparten clase, entre comisiones que no se comunican o en prolongadas asambleas donde las palabras vuelan sin fijarse en parte alguna.



Un enjambre, mejor que un avispero

La revista de colegio está ahora dando sus primeros pasos digitales. Lanzarse a internet, sí, ese sitio donde el estruendo informativo, la volatilidad de las ideas y los esquivos tópicos convertidos en tendencias, aturden a diario. Y donde además podemos ser más vistos. Pues justo allí pretendemos delimitar un nuevo espacio de comunicación abierto a todos, alumnos, padres o personal ligado al centro o a cualquier persona que por una u otra circunstancia el Siglo XXI tocó sus vidas. Es una oportunidad de intentar comunicarnos de otra forma, y esperemos que de manera más clara que hasta ahora.

No sólo leas, únete

"Cada padre de éste, nuestro colegio, debería tener un blog del Siglo XXI", esta es otra opinión de un padre cuando los rumores de que la revista del cole se va a hacer ahora también digital. Ahora, como casi todo, el impulso inicial lo dan unos pocos, queda, para garantizar su éxito, que otros tantos sostengan, y otros muchos participen en igual o menor medida.

21 siglos nos contemplan

"Responde a una necesidad que debería haberse cubierto antes", es otro comentario entre pasillos y recogido al hilo del anuncio de esta expansión digital. La idea parece gustar.

Somos cerca de casi medio millar de adultos pululando a diario por este espacio. Atentos a nuestros hijos eso sí. Intercambiando saludos y ocasionalmente magníficas buenas ideas. Si todo esto lo trasladásemos a internet, a un blog. Como una crónica del quehacer cotidiano y su intrahistoria sustancial. Un par de comentarios diarios, una entrada mensual, un reportaje cada tres meses. Y por cada padre. Bueno, vale, la mitad. Cierto, un tercio. Pues sencillamente habríamos re-inventando la necesaria comunicación en el cole.

Y sin embargo, dialogamos

"Pero es que además podríamos hacer que las asambleas fueran más cortas". Otra fina ironía de otra madre defendiendo el derecho a debatir en en éste nuevo espacio de comunicación. A nadie se le escapa la capacidad de un blog de poder confrontar ideas. No sólo al final de un tema y en la línea de comentarios. También de recoger opiniones y construir un modelo más participativo.
Comencemos:
  1. ¿Consideras necesaria una publicación digital de 21 Siglos?
  2. ¿Qué propones que incluya?
  3. ¿Puede promover la participación?
  4. ¿Crees qué puede propiciar la comunicación y el diálogo?

Qué fue antes la güeb o el ruido

Es necesario saber que cuando escribimos llegamos a recapacitar sobre lo que decimos. No así cuando hablamos. Aunque sólo sea para cuidar nuestra ortografía, por el qué dirán.

Participar y escribir en el blog del colegio es una invitación a dialogar y a pensar en voz alta. Cuidando nuestras palabras. Esperemos que sin erratas.

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